Esto fue en Julio del 2016.
Me hacía cada dos años exámanes preventivos porque tenía calcificaciones en el seno izquierdo, luego en una de las mamografías me detectaron un tumor en el seno opuesto (derecho).  Fui donde mi clínico y él me recomendó al Dr. Pendola.

Desde el primer momento que lo conocí tuve una credibilidad ciega en él. Creo que fue su manera de actuar, de ser.
En la primera consulta me dijo que no me iba a ocultar nada, que siempre me hablaría con la verdad, aunque sea dolorosa. Así fue mi primer contacto con él.

Cuando el Dr. Pendola me confirmó que tenía cáncer me recomendó cirugía como primer paso y me dio todas las facilidades. 

Mi operación fue conservadora de mama. Primero la cirugía y luego el tratamiento.

Creo que el Dr. Pendola es la persona más bella de este mundo, cuando están preparando la sala de operación el mundo se hace tan chiquito, pero él nos da la mano, en ese momento cuando tenemos más miedo. Él me agarró la mano con fuerza, y me dijo que esté tranquila que todo iba a estar bien. Y así fue.

Si veo mis fotos, las imágenes de mi tratamiento. Yo siento que recibí mi tratamiento con una gracia especial, no tuve estrés ni dolor, no sentí nada, Dios me acompañó. En medio de mi tratamiento sabía que no tenía derecho de quejarme de nada, pasé entre nubes, mi vida siguió igual o mejor que siempre, toda mi familia estaba al pie mío.

Lo del cabello, por ejemplo, para mi fue insignificante, TODO VUELVE A CRECER, le puse la mejor cara y yo mismo me bajé el pelo. Creo que hay que sanar el alma, creo que mientras el alma esté limpia el cáncer no se queda, no tiene espacio. El estado anímico y la actitud es lo más importante.

Mi consejo es que actúen sobre la prevención. Mi papá siempre nos enseñó a prevenir antes que lamentar y trato de vivir así. No tengo la inmortalidad ni toda la sabiduría, pero se que es la manera más efectiva de curar las cosas a tiempo.